EL USO DE JUEGOS Y MATERIALES MANIPULATIVOS EN LA CLASE DE MATEMÁTICAS
Al igual que sucedió con el mundo agrario de nuestros abuelos o el mundo de las fábricas de nuestros padres, el mundo en el que nosotros nos educamos está desapareciendo y está emergiendo otro que trae consigo cambios a una velocidad vertiginosa. Ya no podemos educar solamente para memorizar, retener o repetir procesos (toda la información está a golpe de click). Hoy en día nuestra sociedad reclama que los niños desarrollen la capacidad de aprender constantemente, de afrontar retos, de comprender y adaptarse a los cambios. Se hace indispensable un cambio renovador en el aprendizaje y en especial de las matemáticas.
Los niños necesitan tocar, sentir, experimentar para aprender. Ya lo decía María Montessori: “El niño tiene la inteligencia en la mano”.Nos atrevemos a decir que los adultos también necesitamos la manipulación para aprender. Por ejemplo, no aprendemos a cocinar una receta memorizando todos los pasos, sino que preferimos aprender haciendo (learning by doing).
Las matemáticas son ciencia pero sobre todo son una manera de ver, pensar y actuar sobre el medio que nos rodea. Las matemáticas están presentes en nuestro día a día. Deberíamos aprovechar los años que el niño pasa en la escuela dando clase de matemáticas para dotarle con capacidades como el sentido numérico, cálculo mental y pensamiento lógico – matemático, y no sólo hacerle experto en repetir procesos y algoritmos. Para aprender matemáticas hay que experimentar, hacer hipótesis, razonar, buscar estrategias, equivocarse,… Para ello, tanto el juego como el material manipulativo tienen un papel FUNDAMENTAL.
Suele ocurrir que cuando los niños pasan de Ed. Infantil a Primaria, el tiempo dedicado al juego se reduce drásticamente. Sin darnos cuenta, les estamos privando de momentos en los que construyen su conocimiento a través de sus sentidos y de experiencias en las que ponen en práctica todas sus habilidades. Este conocimiento no estructurado proporciona una base sobre la cual las matemáticas formales pueden ser construidas. Algunos de los beneficios de mantener el juego en la clase de mates:
A pesar de que muchos pedagogos y matemáticos han puesto especial énfasis en la necesidad de aprender matemáticas con elementos tangibles, este recurso es otro de los “sacrificados” cuando llegamos a Primaria y más aún, si cabe, en etapas posteriores. Además de la motivación e interés que suscitan entre los alumnos, existen otras muchas razones para el uso habitual de materiales manipulativos en las clases de matemáticas. Algunas de ellas son:
Para finalizar, no queremos decir que haya que desterrar por completo el algoritmo (“las cuentas”) de la clase de matemáticas. Pensamos que para que haya verdadero aprendizaje matemático, siempre tiene que estar implicado el razonamiento lógico, observar, deducir, hacer una hipótesis, buscar una estrategia… La mera repetición de procesos no proporciona a los alumnos la capacidad de saber utilizar las propiedades matemáticas a la hora de enfrentarse a un problema o un reto real.
Los niños necesitan tocar, sentir, experimentar para aprender. Ya lo decía María Montessori: “El niño tiene la inteligencia en la mano”.Nos atrevemos a decir que los adultos también necesitamos la manipulación para aprender. Por ejemplo, no aprendemos a cocinar una receta memorizando todos los pasos, sino que preferimos aprender haciendo (learning by doing).
Las matemáticas son ciencia pero sobre todo son una manera de ver, pensar y actuar sobre el medio que nos rodea. Las matemáticas están presentes en nuestro día a día. Deberíamos aprovechar los años que el niño pasa en la escuela dando clase de matemáticas para dotarle con capacidades como el sentido numérico, cálculo mental y pensamiento lógico – matemático, y no sólo hacerle experto en repetir procesos y algoritmos. Para aprender matemáticas hay que experimentar, hacer hipótesis, razonar, buscar estrategias, equivocarse,… Para ello, tanto el juego como el material manipulativo tienen un papel FUNDAMENTAL.
Suele ocurrir que cuando los niños pasan de Ed. Infantil a Primaria, el tiempo dedicado al juego se reduce drásticamente. Sin darnos cuenta, les estamos privando de momentos en los que construyen su conocimiento a través de sus sentidos y de experiencias en las que ponen en práctica todas sus habilidades. Este conocimiento no estructurado proporciona una base sobre la cual las matemáticas formales pueden ser construidas. Algunos de los beneficios de mantener el juego en la clase de mates:
- Estimulan la creatividad y el interés de los niños, necesarios para cualquier aprendizaje
- Durante el desarrollo del juego se crean situaciones de investigación y resolución de problemas
- Se desarrollan habilidades esenciales matemáticas como el conteo, la igualdad, suma y resta, estimación, planificación, patrones, clasificación, volumen y medición.
A pesar de que muchos pedagogos y matemáticos han puesto especial énfasis en la necesidad de aprender matemáticas con elementos tangibles, este recurso es otro de los “sacrificados” cuando llegamos a Primaria y más aún, si cabe, en etapas posteriores. Además de la motivación e interés que suscitan entre los alumnos, existen otras muchas razones para el uso habitual de materiales manipulativos en las clases de matemáticas. Algunas de ellas son:
- Generan reflexión sobre los conceptos y ayudan a descubrir propiedades matemáticas.
- Muy útiles para trabajar capacidades y habilidades necesarias para la resolución de problemas
- Posibilitan el trabajo individual, adaptándose a las necesidades de cada alumno, y el trabajo en equipo ya que dan lugar al debate, al contraste de ideas y al trabajo colectivo.
- Son capaces de recrear situaciones de una forma real frente al planteamiento estático de los libros de texto
- Refuerzan la autoestima a la vez que generan autonomía en el aprendizaje. Además, ayudan a romper los temidos “bloqueos” que los alumnos sufren a veces con la asignatura de matemáticas
Para finalizar, no queremos decir que haya que desterrar por completo el algoritmo (“las cuentas”) de la clase de matemáticas. Pensamos que para que haya verdadero aprendizaje matemático, siempre tiene que estar implicado el razonamiento lógico, observar, deducir, hacer una hipótesis, buscar una estrategia… La mera repetición de procesos no proporciona a los alumnos la capacidad de saber utilizar las propiedades matemáticas a la hora de enfrentarse a un problema o un reto real.